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2 de octubre de 2011

Permitidme un consejo


Cuando paseo por una librería con la intención de comprar una novela, si el autor es desconocido para mí, a la hora de decantarme por una o por otra, hay dos cosas que siempre influyen en mi decisión:

             la portada de la novela y el resumen de la trama.

Cuando llego a casa guardo la novela en un cajón hasta que la lectura de otras historias me hacen olvidar la trama desvelada. Y..., es en ese momento, a veces incluso meses después,  cuando
"desempolvo" la novela y me sumerjo en cada una de sus páginas a ciegas: sin ninguna referencia de la época descrita, sin ningún anticipio del perfil de sus personajes, sin conocer a priori si reiré o lloraré, si removerá mi interior o me dejará indiferente.
Esa sensación de vértigo que me produce el avanzar sin conocer el más mínimo detalle me fascina.

Por eso, para todos aquellos que todavía no conocéis la trama de
"La vida no vivida", si me lo permitís, me gustaría haceros una recomendación: no leáis el resumen.

Lanzaos a ciegas a la aventura de leer la novela y sed vosotros mismos los que identifiquéis la época en la que transcurren las historias, disfrutad con el mundo interior de Cris, de sus reflexiones, sus dudas, su pasión, su desencanto y dejad que Lucía libere la tensión y se "cuele" de vez en cuando entre vuestras páginas introduciendo un soplo de aire fresco, alimentando la ilusión.

Espero que al igual que me ocurre a mí, esa sensación de vértigo os fascine.

Hasta pronto.

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