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25 de septiembre de 2011

¿Por qué "La vida no vivida"?

Siempre pensé que elegir el título de una novela debía ser un proceso complicado. Resumir en pocas palabras la esencia de una historia, conseguir armonía, musicalidad, ser original, despertar interés..., no sé, demasiadas cosas a tener en cuenta.

Esa historia que se fraguó en tu mente de una forma, a medida que las páginas avanzan parece adquirir vida propia y sin tú quererlo, pero al mismo tiempo sin impedirlo recorre sendereos desconocidos para tí. Por eso, siempre imaginé que el título era algo que seguramente se decidía al final, cuando la novela ya había concluido y se tenía una perspectiva más real de la historia narrada.

Pero cuando me llegó el momento, nada fue como lo había imaginado. Cuando en mi mente nació la idea de escribir una novela, la idea no vino sola. En realidad, yo no quería escribir una novela, lo que yo quería hacer era escribir "La vida no vivida".
Y esas fueron las primeras palabras, mi primera página (en la que por cierto estuve "atascada" dos días sin poder avanzar).

Quizá os preguntéis: ¿por qué "La vida no vivida"?. Lo siento, no puedo desvelaros las razones. Si lo hiciera sería como el amigo despistado que todos tenemos que cuando se entera que vas a ver una película te cuenta emocionado el final.

Estoy segura, que si leéis la novela vosotros mismos descubrírésis el porqué.

Si os parece bien, después hablamos.

17 de septiembre de 2011

"No hay mal que por bien no venga"

Escribir una novela era algo que rondaba por mi cabeza desde hacía mucho tiempo. Las dudas de si sería o no capaz de trasladar al papel esos sentimientos y viviencias y además conseguir que le interesaran a alguien era un "miedo" que me perseguía y para el que durante muchos años encontré la excusa perfecta:

           "para escribir se necesita tiempo y yo no lo tengo".

Pero...,  quizá fue el destino el que no creyó en mi excusa, y para ponerme a prueba el año pasado me sorprendió con un aparatoso accidente de skí  que me dejó postrada en una cama con la pierna inmovilizada durante muchos meses.
Decidí que era el momento, jamás se me iba a presentar una oportunidad como esa en la que dispusiera de todas las horas del día para hacer aquello que tanto deseaba hacer: escribir.

Y así fue como empecé esta novela: 

Sentada en una cama, con el ordenador sobre mis piernas y rodeada de ese maravilloso silencio que invade la casa cuando todos han puesto rumbo a sus obligaciones y tú te quedas ahí solita, con tus pensamientos y tu página en blanco.

10 de septiembre de 2011

La portada de la novela

¿De dónde ha salido?. De la cabeza, de las manos y del alma de uno de los mejores diseñadores de este país: Miguel Rivavelarde.
 Miguel leyó el borrador de la novela y rápido en su cabeza fraguó cómo debería ser la portada, qué tendria que transmitir. Me presentó varias propuestas, y la verdad, costó decidirse porque eran a cual mejores. Finalmente elegimos ésta. Los colores, la tipografía, la imagen, el resultado final transmitía esperanza y, a pesar de los momentos difíciles por los que pasan las protagonistas de la novela, ese es el "poso" que me gustaría que os quedase después de leerla: Esperanza.

Mil gracias Miguel

9 de septiembre de 2011

Punto de encuentro

Siguiendo vuestro consejo he creado un blog donde podamos compatir información, sensaciones, impresiones y todo lo que se os ocurra en torno a mi primera novela:
        "La vida no vivida". 
!Aquí nos vemos!