Los días, las semanas, los meses..., el tiempo pasa rápido y no espera a nadie.
Hoy
he decidido frenar el paso del tiempo y reconquistar este pequeño
espacio para acercaros una casualidad, un hecho probablemente
insignificante pero que a mí me ha transportado de nuevo a las páginas
de "La vida no vivida". Hoy,
mientras ordenaba las fotos que he ido recibiendo de todos vosotros y
que en breve publicaré, una de ellas me ha llevado de nuevo junto a
Cris, esa Cris del principio de la historia que desbordaba inocencia,
felicidad y, probablemente también mucha ingenuidad, esa Cris que
disfrutaba paseando por "El Hornillo" entre cerezos en flor y bañándose
en las frías aguas de Gredos.
Cris, gracias por tu preciosa foto
y esta curiosa coincidencia.
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